El linaje Bolea o Abarca de Bolea proviene del matrimonio celebrado el 25 de junio de 1281 entre don Alonso Abarca y Bergua y de doña Juana Martínez de Bolea.
Los Abarca eran un nobilísimo linaje de Aragón, a quienes se hacía descender, puede que acertadamente, del rey de Pamplona y conde de Aragón don Sancho Garcés I,
Los Bolea, también de nobles raíces, eran una familia ya documentada en el siglo XI y originarios de la villa del mismo nombre, cercana a Huesca.
Como se ha dicho, en 1281, don Alonso Abarca y Bergua y doña Juana Martínez de Bolea contrajeron matrimonio aunque con una condición impuesta por doña Juana: los descendientes varones de dicha unión deberían llevar en primer lugar el apellido Bolea y, además, utilizar su escudo de armas.
De esta manera, y hasta bien entrado el siglo XVII, los Bolea (en realidad Abarca de Bolea), obviaron el apellido paterno.
No fue hasta el 04 de junio de 1620, cuando el rey Felipe III
concedió el marquesado de Torres (luego las Torres) a don Martín (Abarca) de Bolea y Fernández de Heredia, que se recuperó el Abarca, trayéndolo desde el sexto abuelo.
Este linaje llegó a obtener numerosos títulos y feudos entroncando con muchas y principales familias de Aragón, lo que les convirtió en uno de los más importantes de ese reino. Algunas de las mercedes que les fueron concedidas y que han llegado hasta la actualidad son el ducado de Almazán, el marquesado de Torres, el condado de las Almunias y otros.
Andando el tiempo, en la primera mitad del siglo XVI encontramos a un representante de este linaje, al menos en la rama que nos ocupa, en la Orden de San Juan. Se trata de Frey Hernando de Bolea y Velázquez. Como comentario añadiré que pensaba que ya prácticamente se había resuelto el misterio, pero no, ya que no coincidían las armas del linaje materno de este Bolea con las del segundo cuartel del escudo misterioso. Además de Frey Hernando era solamente caballero y no comendador, con lo que el jefe de Malta del escudo no tenía sentido.
Continué indagando y encontré que este caballero sanjuanista tuvo un hermano llamado Bernardo de Bolea y Velázquez Portugal, más conocido como Bernardo de Bolea y Portugal.
Ambos eran hijos de don Yñigo de Bolea Portugal Ximénez de Galloz; noble de Aragón, señor de las baronías de Siétamo y Torres, copero mayor de don Fernando el Católico
y gentilhombre de cámara del emperador Carlos;
y de doña Bernardina Velázquez y Clemente, hija a su vez de Ruy Velázquez del Puerto, noble castellano y copero también de Fernando II.
Bien, pues el hijo de don Bernardo de Bolea y de doña Isabel de Castro de Pinós (en realidad debería ser Castre-Pinós, importante linaje catalán, señores de la baronía de Castre y descendientes, por línea ilegítima del rey Jaime I) fue don Martín de Bolea y Castro Portugal. Casó don Martín dos veces. La primera con doña Ana Fernández de Heredia y Fernández de Izar. De este matrimonio nació su hijo y sucesor don Martín (Abarca) de Bolea, primer marqués de Torres y caballero de Santiago y que sigue la línea hasta hoy, en que la titular de las mercedes del linaje Abarca de Bolea es doña Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, duquesa de Alba, etc.
La segunda esposa de don Bernardo fue Anna de Mur. Doña Anna descendía también de un importante linaje catalán titular de las baronías del Albi y de Cervià. Aquí también pensaba que lo tenía resuelto. Lo lógico era pensar que un hijo de este matrimonio fuera comendador hospitalario y que sería el propietario del escudo de marras. Pues tampoco. Porqué de esta unión solo nació doña Ana Francisca Abarca de Bolea y de Mur. Y además entró en un convento de clausura a los tres años de edad.
Ya estaba a punto de tirar la toalla cuando me di cuenta de que el mencionado convento era el Real Monasterio de Santa María de Sigena.
que se mantuvieron hasta la década de los 80 del siglo pasado.
Bien, pues doña Ana Francisca Abarca de Bolea y de Mur, además de importante escritora y humanista fue también abadesa de Santa María de Sigena.
Por lo tanto, y visto que fue la única descendiente del matrimonio Abarca de Bolea-Mur y que, en su condición de abadesa de un monasterio sanjuanista bien podría colocar el jefe de Malta en su escudo, me atrevo a afirmar, aunque siempre abierto al la posibilidad del error, que la propietaria del escudo misterioso fue doña Ana Francisca Abarca de Bolea y de Mur, abadesa del Real Monasterio de Santa María de Sigena.
Obviamente, y como no podría ser de otra manera, someteré mis conclusiones a otras mejor fundadas.
Armas de doña Ana Francisca Abarca de Bolea y de Mur:
Escudo partido: 1º de oro, un rastrillo de sable; que es Bolea. 2º de gules, un muro de oro; que es Mur. Jefe de gules, una cruz plena de plata, que es de Malta.