jueves, 1 de julio de 2010

Escudos en la Catedral de Barcelona

Las iglesias son lugares en los que la heráldica es un elemento decorativo recurrente, que demuestra la importancia que esta ciencia tuvo en el pasado.

En un paseo por la catedral de Barcelona se pueden observar multitud de escudos que adornan las paredes, las capillas, las rejas, las vidrieras e incluso los suelos del templo.

Pero antes un poco de historia:

La catedral de la Santa Cruz y Santa Eulalia actual, cuyas armas son estas,

En campo de gules, cruz patada de plata

construida entre los siglos XIII a XV excepto la fachada, que es del siglo XIX, se levanta sobre una antigua catedral románica, que a su vez se levanta sobre una iglesia visigótica que se levanta de nuevo sobre una basílica paleocristiana.

Está dedicada a la Santa Cruz y Santa Eulalia, patrona de Barcelona.


Las obras de construcción de la catedral gótica, se iniciaron en 1298 bajo el reinado de Jaime II y, de forma definitiva no terminaron hasta el siglo XIX (aunque hacía más de cuatro siglos en los que no se hacían grandes obras) con la construcción de la nueva fachada y el cimborrio con motivo de la Exposición Universal de Barcelona de 1888.


El coro de la Sede es digno de mención, y más para los que gustan de nuestras ciencias, ya que el 5 de marzo de 1519, se celebró el XIX Capítulo de la Insigne Orden del Toisón de Oro. Para este evento se dibujaron en las armerías de los 52 caballeros (entre ellos las de Carlos I y las de Maximiliano I, el duque de Alba, el del Infantado, el de Escalona, el de Feria, el Condestable de Castilla, el duque de Cardona, el conde de Módica, el marqués de Astorga, el Almirante de Castilla etc.) Es una demostración de arte heráldico impresionante que nadie debe perderse.


Entrando ya en materia, en la Catedral de la Santa Cruz y Santa Eulalia podemos encontrar, entre otros muchos los siguientes escudos de armas:

En el muro lateral de la sacristía encontramos los sepulcros del conde de Barcelona Ramón Berenguer I, el Viejo y su esposa Almodis. Ambos decorados con las armas de los condes de Barcelona, al igual que el la pared en la que se sustentan los sepulcros.


Así mismo, en otra pared del templo encontramos otras dos tumbas reales, de nuevo decoradas con las armas propias de los reyes de Aragón y, por lo tanto, de los condes de Barcelona. Se trata de sendos sepulcros contemporáneos, realizados por el artista Frederic Marés y que contienen los restos del rey Alfonso el Liberal, del príncipe Federico y del príncipe Jaime, conde de Urgell uno, y de la reina Constanza de Sicilia, de la reina María de Chipre y de la reina Sibila de Fortià.

En la verja de la capilla de las santas Clara y Catalina encontramos las armas de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén.

En la capilla de San Jorge se encuentra un escudo del reino de las Dos Sicilias junto al de la Sagrada Orden Militar Constantiniana de San Jorge.

En las capillas del claustro también encontramos decoración a basa de escudos. Tanto en las paredes,

como en las vidrieras.

Incluso en el suelo,


como en la capilla de Nuestra Señora de la Peña.


Como curiosidad, en el claustro, junto a la entrada de la capilla de Santa Lucía, encontramos también la sepultura de un personaje del que corre una leyenda poco menos que sorprendente. Se trata del conocido como Mosén Borra.

Se dice de él que fue un juglar del rey, aunque en realidad era un rey haciendo de juglar.
Cuenta la leyenda que el padre de Borra, que tenía el mismo trabajo que él, y queriendo que su hijo tuviera una vida mejor que la suya, cogió a su hijo –siendo este aun pequeño- y, entrando el la habitación donde dormía el heredero del rey, de la misma edad, e intercambió a los niños, dejando en la cuna a su propio hijo y llevándose al hijo del rey. De esta manera, su hijo tendría una vida de rey.
Parece ser que nadie advirtió el cambio y el hijo del juglar pasó por rey mientras que el verdadero rey tuvo que divertir y entretener a un impostor.
Como se ve en el sarcófago de este personaje, también se pueden apreciar escudos labrados en su frontal.

Para terminar, algunas imágenes que se pueden encontrar en el suelo del claustro.






Para saber más:
VV.AA., La Catedral de Barcelona, Ed. Escudo de Oro y Archivo Diocesano de Barcelona. 1996.
MARTÍ i BONET, JM, La Catedral de Barcelona. Historia e Historias, Catedral y Museo Diocesano de Barcelona. 2010.