Sí, ya sé que en los últimos días, les aburro con muchas noticias, pero es que se están publicando, últimamente, muchas que considero interesenates, así que aquí va una más, aparecida en La Vanguardia el pasado sábado 04 del corriente:
Veinte
millones por una joya modernista del Maresme
El Castell de Santa Florentina de
Canet de Mar está en venta
Cultura | 04/02/2012 - 10:26h
Canet de Mar. (F.C.G. / Redacción).- El castillo de Santa Florentina de Canet
de Mar (Maresme) ha salido a
la venta por 20 millones de euros.El complejo fortificado
es famoso por los elementos modernistas que incorporó Lluís Domènec i
Montaner y porqué cada año se celebra en él un prestigioso festival de música
clásica, cuyo futuro se antoja incierto.
La agencia inmobiliaria que gestiona la transacción, Engel
& Völkers, con sede en Alella, según han declarado a El País, ya tiene
ofertas por la fortaleza, que se encuentra en un impecable estado de
conservación. La mayoría son clientes extranjeros, algunos interesados para
explotarlo como restauración y hostelería. No obstante, al tratarse de un
monumento catalogado como Bien Cultural
de Interés Nacional (BCIN) el Govern de la Generalitat tiene la última
palabra con el derecho de tanteo.
Santa Florentina, está construido sobre una antigua
fortificación de la época romana, cuando se supone fue una gran zona de
producción vinícola. Desde entonces, ha sido sometido a numerosas reformas. En
el siglo XI el edificio se convirtió en una masía fortificada para combatir las
incursiones piratas de la época y ya en el XVI se volvió a ampliar con más
elementos de defensa.
¿Qué será del Festival?
La mayor reforma y la que le ha dio mayor renombre al
Castell de Santa Florentina, fue la que el antiguo propietario, Ramon Montaner,
Conde de la Vall de Canet, le encargó en 1910 a su sobrino, el prestigioso arquitecto
modernista Lluís Domènech i Montaner –que en la localidad tiene su propia Casa
Museo y varias rutas culturales- que optó por una reforma inspirada en
elementos medievales, modernistas y neogóticos, a lo que contribuyó la
inclusión de piezas procedentes del monasterio del Priorat del Tallat (Tarragona).
El castillo debe su nombre, Santa Florentina, a la relíquia
que portó desde roma el embajador Ferrer de Canet como presente que otorgaba
protección del papa Benedicto XII y al recuerdo de la esposa del propietario,
Florentina Malatto.
El genial arquitecto, uno de los máximos exponentes del
Modernismo, diseñó uno a uno los 3.000 metros cuadrados habitables de Santa
Florentina. Introdujo vitrales coloreados con símbolos religiosos, grandes
piezas de mármol con artesanado para los suelos, piedras esculpidas en los
patios y maderas talladas para los techos.