El título de duque es el más alto rango en la jerarquía nobiliaria, solo superado por los de infante, príncipe y rey.
La palabra duque proviene del latín “dux”, que se podría traducir como líder o caudillo y la usaban para referirse a aquellos hombres que guiaban a sus huestes desde el frente.
En la Edad Media, se convirtió en Título, normalmente reservado a miembros de la familia real que no fueran herederos.
Con el tiempo se fueron concediendo ducados también a los más altos funcionarios del Estado en reconocimiento a sus servicios, con lo que el ducado quedó convertido, definitivamente, en una manera de premiar a sus concesionarios.
Desde mediados del siglo XIX, en España, el ducado lleva aparejada la dignidad de Grande de España.
Algunos ducados catalanes son: Duque de Cardona, Duque de Almenara Alta, Duque de los Castillejos o Duque de Prim.
La palabra duque proviene del latín “dux”, que se podría traducir como líder o caudillo y la usaban para referirse a aquellos hombres que guiaban a sus huestes desde el frente.
En la Edad Media, se convirtió en Título, normalmente reservado a miembros de la familia real que no fueran herederos.
Con el tiempo se fueron concediendo ducados también a los más altos funcionarios del Estado en reconocimiento a sus servicios, con lo que el ducado quedó convertido, definitivamente, en una manera de premiar a sus concesionarios.
Desde mediados del siglo XIX, en España, el ducado lleva aparejada la dignidad de Grande de España.
Algunos ducados catalanes son: Duque de Cardona, Duque de Almenara Alta, Duque de los Castillejos o Duque de Prim.