martes, 19 de junio de 2012

Cree el ladrón...

Ya sé que no es un tema heráldico ni de ningún otro tipo de los que habitualmente se tratan en este blog, pero me ha parecido divertido compartir esta entrevista con usted, amable lector.

Se publicó en La Vanguardia el pasado día 15 del corriente.

Erik el Belga: "Museos de Barcelona tienen muchas obras robadas"

El mayor ladrón de arte vuelve al candelero después de publicar sus polémicas memorias, pretendidas por otros países y algún cineasta 

Cultura | 15/06/2012 - 00:04h
Sílvia Colomé
 
Las memorias de un ladrón difícilmente pasan desapercibidas. Tres meses después de publicar Por amor al arte, René Alphonse Ghislain Vanden Berghe, más conocido como Erik el Belga, no solo ha obtenido críticas por lo que explica, sino también por lo que calla. El autor del robo de más de 6.000 piezas de arte ha tenido ofertas para traducir y publicar su biografía en otros países, algunos de los cuales, víctimas también de sus incursiones en iglesias y museos. Incluso lo cortejan directores de cine para llevar su historia a la gran pantalla. Este belga que hace años reside en Málaga ríe como un niño travieso y no esconde su pasión: encima de su escritorio, en lugar de una foto familiar, lo acompaña la imagen de una virgen románica.

-¿Cómo se explica la repercusión que han tenido sus memorias?
-No tengo ni idea. Con este libro quiero responder a las más de 1.700.000 páginas de Internet que hablan de mí sin informarse antes. Explico mi versión de los hechos, las razones de mi amor por el arte y el expolio que ha habido en España, que era una mina de oro.

-Su libro ha generado muchas críticas… Por ejemplo, un reputado anticuario de Barcelona le dio una buena reprimenda…
-Seguro que es un corrupto.

-Ha levantado usted muchas ampollas…
-Es que las hay, y me da igual. Era imposible que una obra de arte se robara en este país sin que pasara por un anticuario, como pasó en Barcelona, donde he colocado piezas robadas en subastas públicas. Los anticuarios han sido cómplices del expolio.

-Robó más de 6.000 obras, menuda cifra.
-He salvado miles de obras de arte que se estaban pudriendo y que ahora están bien calentitas. He dado a conocer el patrimonio español en toda Europa.

-¿Le tenemos que estar agradecidos?
-La verdad es que sí. (Ríe). Hablo en serio. He sido el salvador de obras de arte que estaban medio podridas y abandonadas. ¿De qué me van a acusar? Al fin y al cabo, después todas estas obras volverán a su sitio. Donde más valen, es donde han nacido.

-¿Le molesta que le critiquen?
-No, paso completamente. Si no, estaría triste todo el día.

-Y se le ve muy feliz.
-Es que siempre he sido feliz. Nunca he dormido solo en mi vida. Dormir solo es horrible y con alguien que no quieres aún más. La vida es un pecado, un vicio, un placer.

-Se lo ha montado bien.
-Sí, he hecho ganar dinero a mucha gente. Y además me hablo con todas mis mujeres y con todas mis amistades. Mis coleccionistas, en cambio, ya están muertos, me doblaban o triplicaban la edad.

-Vaya… se ha quedado sin clientes.
-Pero no sin sus familias, aunque ya no coleccionan arte románico o gótico. Los jóvenes prefieren Picasso y otras obras. Hoy en día ya no queda bien meter cristos en los despachos, parecerían del Opus Dei.

-Pero hay muchos jóvenes del Opus Dei …
-Sí, y a mí me gustan los curas, de toda la vida. Sin ellos no hubiera podido, lo que se dice, expoliar tantas obras de arte, que compré legalmente y todo. Cargué camiones y camiones. Todo legal. ¿Quién se hubiera atrevido a pasar la frontera de la España de Franco con piezas robadas en el coche?

-Usted.
-Bueno, pero lo hacía de otra manera. Desgraciadamente, los santos y las vírgenes son muy bonitos, pero no vuelan por encima de las fronteras.

-¿Y en medio de las obras compradas legalmente?
-Eso sí. Nadie verificaba lo que salía… Si tú declarabas 31 tallas y había 42… nadie las contaba.

-¿Todavía quedan obras románicas y góticas?
-Menos. Lo que no está arrasado por mí o por otros, hoy en día está arrasado por el clero. Museos de Barcelona tienen muchas obras de arte robadas, expoliadas.

-¿Y falsas?
-Por supuesto.

-¿Suyas?
-Bueno… las hay. En Alemania tengo obras en once museos, y también en América.

-¿Firmadas por usted?
-No, no, por supuesto que no. ¿Quién las compraría? (Ríe). Era un buen falsificador.

-¿Qué pintores eran sus preferidos?
-Todos menos los que no me gustan. Por ejemplo, si me encargas un Velázquez digo que no. Me gusta Gutav Klimt, lo pinto que ni te puedes imaginar. Renoir, los impresionistas… Habré hecho 40 o 60 Corot que están todos en museos de América. Él pintó 2.000 cuadros y hay 2.600 solo en museos americanos. (Ríe).

-¿Y Leonardo da Vinci? ¿Se atrevió con él?
-Sí, porque lo quiero mucho.

-Ha dicho que la Gioconda del Louvre es falsa. ¿Qué opina de la del Prado?
-No está mal. Puede ser Leonardo. Es mejor que la del Louvre.

-En su libro no habla de Catalunya…
-La quiero mucho, viví allí e hice algunos museos, el de Olot, el de la Catedral de Tarragona, el de Vilanova i la Geltrú…

-¿Qué quiere decir con 'hice'?
-Robarlos, que no es fácil, y nunca me pillaron haciendo un trabajo. Eso es fuerte.

-¿Qué obras le interesaron de Catalunya que no llegó a robar?
-Bastantes. La farmacia de Llívia es preciosa, cada tarro vale una fortuna. Y era fácil de hacer, pero me quedé sin hacerla.

-¿Nunca pensó en la virgen de Montserrat?
-No. No me gusta. Es muy grande y no me da ningún mensaje, está demasiado repintada.

-¿No es mística?
-Exactamente. No es mística, no tiene alma. Es como las de Galicia, que son trozos de madera muy feos. Y he ido a verla muchas veces…

-¿Y la virgen de Meritxell?
-También la conozco.

-¿Bien?
-Bien, muy bien.

-¿Se quemó?
-¿Y usted se lo cree? No hay ningún profesional que se lo crea. Lo de Meritxell no lo hice yo, además no me gustaba trabajar en Andorra porqué había dificultades para salir.

-Dicen que nadie cree a un ladrón…
-Me da igual. Pero un ladrón de arte es diferente.

-¿Tiene más credibilidad?
-No es eso. Nunca he robado una obra de arte que no me gustara y que no estuviera seguro de venderla. Sabía que le faltaba a uno de mis coleccionistas y que cuando la viera le daría un beso.

-¿Realmente está retirado?
-Bueno, es que… mírame a la cara. Un viejo maldito retirado es algo asqueroso. Un marchante de arte retirado solo puede ser un imbécil. Soy el mejor experto de arte del mundo y me piden expertizar obras. He tenido ofertas últimamente de dos bichos impresionantes que venían del museo de Kabul. El tráfico de obras de arte nunca va a  parar.

-¿No se puede dejar de ser un Robin Hood del arte?
-Es imposible, y más si cobras. Algún día me retiraré en el cementerio.

-Pero ya no dependerá de usted.
-Pondré en mi tumba: “Que nadie se enfade, nos veremos pronto”.

-Usted es cristiano creyente.
-Amar es el bien del otro. Y si amo una talla, no la destrozo para llevarla a donde tenga que ir.

-¿Qué opina del mandamiento no robarás?
-La moral no existe.

-¿No teme ir al infierno?
-¿Yo? (Ríe). ¿Sabes por qué nadie vuelve del cielo?

-¿Por qué?
-Porque no tienen dinero.